Archive for diciembre 2008

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Esta vez sí, Felices Navidades, a pesar de todo.

diciembre 23, 2008

Por increíble que parezca la agonía no ha terminado. El final se acerca inexorable, pero antes debe cumplir todas las etapas. Si ya el viernes buena parte del personal de la fábrica 1 y 2 comenzó una largas y forzosas vacaciones hoy le tocaba el turno a la 3.

Todos estos días se han repetido unas escenas que ya sabemos de memoria; ni sé las veces que me he despedido de Cristhian (eres un fenómeno), pero hoy ha sido la definitiva. Hoy le ha tocado el turno a mucha de la gente con la que comence, mi recuerdo para ellos Raúl, Angel, Edu, y sobre todo Pedro (que habría hecho yo sin ti, mis comienzos con la paleta se deben a ti) y José. Dos grandes tipos que lo han pasado muy mal. Es horrible tener que despedirse de personas como ellos sin poder ofrecer más que un languido y entrecortado «suerte», «animo», «ya veras como todo va bien».

Y él pobre Ángel Benitez, que continúa, con sus 32 años al servicio de Cerámicas Sugrañes, no puede si no contemplar con enorme tristeza como marchan sus compañeros más queridos. O como el vestuario que tantas veces le ha visto cambiarse y descansar 5 minutillos sus maltrechos pies se ha convertido en la autentica imagen del ERE, al menos en lo que a la Fábrica 3 respecta. Muchos de los compañeros han decidido arrojar sus uniformes de trabajo tras su última jornada. El cubo rebosante de toallas, chaquetas, pantalones, camisas, guantes y botas, era capaz de conmover a cualquiera. Mañana ya estara vacio como tantas taquillas. Cómo casí toda la fábrica, ya a punto de escupir su última raxola.

Unos cuantos todavía quedamos por aquí, enseguida llegaran las vacaciones. Mientras tanto personal de mantenimiento y puestos indirectos contemplaremos los últimos estertores. Después llegara el 7 de enero, que se antoja díficil, pero que deberemos afrontar como un reto.

Pero para todos, los que marchemos, los que queden después del ERE, están antes de las navidades. Disfrutadlas, con quién más os apetezca, en donde mejor os encontreís. Y si hace falta emborracharse adelante, como diría Baudelaire (va por ti, Barracuda):

Hay que estar siempre borracho.

Todo consiste en eso: es la única cuestión.

Para no sentir la carga horrible del Tiempo,

que os rompe los hombros y os inclina hacia el suelo,

tenéis que embriagaros sin tregua.

Pero ¿de qué?

De vino, de poesía o de virtud, de lo que queráis. Pero embriagaos.

Y si alguna vez, en las gradas de un palacio, sobre la hierba verde de un foso,

en la tristona soledad de vuestro cuarto, os despertáis,

disminuida ya o disipada la embriaguez,

preguntad al viento, a la ola, a la estrella, al ave, al reloj,

a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda,

a todo lo que canta, a todo lo que habla,

preguntadle la hora que es;

y el viento, la ola, la estrella, el ave, el reloj, os contestarán:

«¡Es hora de emborracharse!

Para no ser esclavos y mártires del Tiempo,

embriagaos, embriagaos sin cesar.

De vino, de poesía o de virtud; de lo que queráis.

Ya sabeís camaradas mios disfrutad de vuestras vacaciones, olvidaos de este drama nuestro, el desgaste y el sufrimiento ha sido demasiado grande. Y tras ellas, tanto los que vuelvan a la empresa como los que no, ya sabeís; es tiempo de pelear por muchas cosas justas, por el propio trabajo o por el derecho al trabajo digno.

Así pues, Feliz Navidad.

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Expediciones (shipping).

diciembre 21, 2008

Una de las cosas que más me va a doler cuando se ejecute el ERE será despedirme de la gente del departamento de expediciones.

Pese a no trabajar en  él, he compartido con ellos muchos momentos durante mis tres años. El grupo humano que conforma expediciones es, mejor dicho era, de una calidad excepcional. Como todos los departamentos ha visto como sus efectivos eran reducidos, aunque no de forma tan drástica como otros cuya actividad desaparecía.

Y yo quiero aprovecharme de Diario de un ERE para despedirme de ellos, ya se que personalizo y eso no está demasiado bien. Pero que me perdone el resto de compañeros. Pero es muy probable que sin la gente de expediciones no hubiera existido «Diario de un ERE».

Los toreros:

Jesús Estrada, o como algunos le llaman «Torrente». El más duro de toda la fábrica. Pero con el trato descubres que es todo impostura, que es una persona sensible que se defiende de un mundo agresivo, que tiene un corazón tan puro como el de un niño. Muchas veces nos hemos peleado, pero más nos hemos reído. Lector reconocido de «Diario de un ERE», me gustaría creer que te ha servido como cierto revulsivo en el tema social.

Jesús no irá a Vallmoll y ya no le veremos más en su máquina, la número 5, por lo que a mi respecta es la persona que más pena me ha dado que no continúara, él lo quería, pero la empresa ha decidido darle la patada. Sé que se va a enfadar cuando lea eso de «dar pena», así que Jesús, un abrazo, tienes mi respeto, y ya sabés donde encontrarme, seguro que te ira fenómenal.

Israel Sánchez, o uno de los mejores trabajadores de Cerámicas Sugrañes, y mira que los hay buenos. Torero aplicado y con inquietudes más allá del trabajo. Trato fácil y mucha, pero que mucha, humildad. Es curioso comprobar como una de las personas que peor conducen, temerario él, resulta el ejemplo de sensatez, tanto a la hora de afrontar el trabajo como situaciones tan díficiles como el ERE. Tú continuas, me alegro un montón por tí. Un abrazo Isra, eres grande.

David Morera, el alma sensible de está fábrica. Torero y responsable de calidad. Si me lo permites, en más de un aspecto nos parecemos, yo también ame a esas mujeres imposibles. Yo que sé decir de ti. Que me ha encantado conocerte, que me gustaba hablar con alguien que no le gustaban los habituales caminos trillados. Tu sensibilidad y humor inteligente se me quedan en la memoria, no sólo tu gorra. Perteneces a los «elegidos», espero que te vaya muy bien en Vallmoll.

José Ramón. Mira que ni me he quedado con tu apellido, sé que no es Melendi, si te sirve de consuelo. El más joven de los toreros, creo que apenas 23, ni un año de antigüedad. Eres uno de los pocos, si no el único, beneficiado con esto de el ERE, joven y con una indemnización el triple de lo que en otra circuntancia sería lo normal. Ya sé que quieres aprovechar este tiempo para estudiar, no cambies de opinión. Poco tiempo contigo, pero lo suficiente como para ver que tu humor cabroncete revela que tienes cabeza, aprovechala.

Oriol Bayo. Si Jesús fue el dolor de la jornada, Oriol fue la sorpresa; sin tres años de antigüedad, poco más de dos, y consiguió, o tuvo la suerte, de que la empresa contase con él. Uno de los pocos trabajadores con sonrisa eterna haga la faena que haga. Transmites entusiasmo. De los pocos defectos, esa eliminación del Werder Bremen a manos del Espanyol, tu alegria fue mi tristeza. ¿Sabé la empresa que da trabajo a un «perico»?. Ojala que te vaya muy bien en Vallmoll

Ulises Fernández, Uno de esos casos raros en la empresa. En esa situación que comunmente se denomina como «con contrato» (aunque todos lo tengamos. sólo que el nuestro se le mal llamaba «indefinido»). No está sujeto al ERE, pero su futuro cuando cumpla contrato en enero parece negro. Y sin derecho a la indemnización del ERE.

Pero a Ulises ha peleado como el que más; no ha faltado a casi ninguna concentración y ha mantenido el espiritú de lucha hasta el final. Ulises, no te dejes llevar por el nihilismo, sólo falta darle sentido a tu pelea, y haras algo grande. Tienes un punto fascinante.

las administrativas estaban fuera del ERE, pero no por ello vamos a relegarlas al olvido:

Magda Puello, la «abuela», ni sé cuantos años lleva ya en la empresa, y desde cuando recibe a los camioneros que vienen a cargara o descargar. Digamos que es la cara amable que se encuentran los choferes de todos los países. Quizá en su momento estuvo más metida en el mundo de oficinas, pero los suyos, sin duda, son expediciones. Voy a echar de menos nuestras peleas dialecticas.

Susan Sanchez, la eficacia y la simpatia con forma de mujer, una explosiva mezcla que tienen la suerte de disfrutar en Expediciones. Nunca oí una mala respuesta, ni una mala cara, ni una negativa para ayudarme a hacer algo que en principio no le correspondía. Nos hemos tratado poco, pero creeme que eres una de las personas que mejor impresión me ha causado.

Y llegamos a los dos «capullos», digo, a los dos «capos» de expediciones, por supuesto, ambos dos continuan e iran a Vallmoll;

Enrique Prado, como dice él, su trabajo consiste en que nadie deje de trabajar. Menudo, inteligente y perspicaz. Toneladas de humor negro que no sé si protegen un alma sensible, a mi me parece que la vendió al diablo hace mucho tiempo. Tres años de mi vida comiendo de lunes a viernes con él, compartiendo tertulias inverosimiles y muchos diferentes estados de animo. Ya veremos como aguantas tú solito el azote carlista.

Rafael Arevalo, el jefe de almacén, o «sosoman» como el mismo se autodefine. Mentira, hemos hablado mucho, lo suficiente para saberlo. ya no volveremos a vernos tomando un cafe o mientras mondas las piezas de fruta, que pena. Ya no podre reprocharte aquello de «empresa». Ya no podremos coincidir tanto como hacíamos.

Y a vosotros dos, Rafa, Enrique os dejo un reproche, pero pequeño, salvo aquel día de concentración al mediodía, ningún sólo otro día habeís almorzado en la carretera con vuestros compañeros. Yo sé que vuestras circunstancias eran las que eran, y muchos, o todos, hubieramos hecho lo mismo, espero que os sirva de consuelo, pero tenía que deciroslo.

Por que también sé que sin vosotros dos este «Diario de un ERE» no hubiera sido posible. Confidentes obligados de mis angustias y alegrias, no habeís si no escuchado y apoyado. Y no sólo eso, yo creo que sin esta extraña pareja hace bastante tiempo que habría dejado esta fábrica. Eraís un gran estímulo, que no incitadores, espero que este agradecimiento no se vuelva en vuestra contra. No en vano Lev Mishkin es el autor y responsable de todas las entradas.

Los vascos no solemos regalar la palabra amigo, la guardamos para unas pocas personas que vamos encontrando a lo largo de la vida. Yo sé, Rafa, Enrique, que allí en Cerdanyola dejo dos grandes amigos.

Una última cosa, esta entrada esta dedicada a Jesús, ese gran «torero», que es como se llaman aquí los que llevan la Fenwick. Su «toro» ha quedado varado como una ballena en una playa, sin rumbo, sin destino, no como Jesús que alcanzara su lugar en el mundo. Va por tí.

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¿Feliz navidad? y un cuento de regalo.

diciembre 20, 2008

Recuerdo subitamente de que llegan unas fechas señaladas en el calendario. Lo cierto es que hasta ahora no había caído en el detalle, mañana es el solsticio de invierno, verdadera celebración pagana que la Iglesia Cristina ocultó con la invención de la navidad.

Estas serán unas navidades diferentes, donde más que nunca buscaremos el apoyo de nuestro círculo más próximo.Disfrutadlas allí donde esteís y olvidaos de todo esto por lo menos unos días.

Desde Diario de un ERE os regalamos un navidadeño cuento, extraído de la película «Smoke», -que todo fumador debiera ver, por cierto- en su versión narrada y su versión dramatizada,en él, un estanquero Auggie Green (Harvey Keytel) cuenta una pequeña historia humana al escritor Paul Benjamin(William Hurt) que le servirá de inspiración para escribir un cuento de navidad; que lo disfruteís:

La narración

La dramatización (en los títulos de credito finales)

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El día después

diciembre 20, 2008

Ya han pasado 24 horas después de presenciar uno de los capítulos más drámaticos de mi vida laboral. Ayer se comúnico oficialmente a los empleados de Cerámicas Sugrañes si contaban con ellos, o por el contrario, serían victimas de la «ejecución» -no tiene mejor termino- del Expediente de Regulación de Empleo.

Bastantes de nosotros teniamos claro en que lista nos encontrabamos, pero muchos, la mayoría lo vivieron incertidumbre. Ayer fue un día de sentimientos encontrados, de alegrias y decepciones, de lagrimas de satisfacción, de rabia y de fustración. Unos escucharon lo que que querían oir, otros no.

El sistema que dispuso la empresa para comunicar oficialmente al trabajador fue especialmente ilustartivo. La responsable de Recursos Humanos se entrevistaba personalmente con cada trabajador en su despacho. Todos nos acercamos a él voluntaria y espontaneamente. Nadie quería permanecer en su puesto de trabajando esperando una llamada que quien sabe si sería fatidica. Había que enfrentarse al horror cuanto antes. Evidentemente esto propicio esperas, colas. Donde veías la angustia de algunos compañeros antes de entrar, y la desolación de otros al salir.

¿Se podría haber hecho de mejor manera? Lo dudo, lo de ayer era un atentado contra los seres humanos. No existe forma alguna de hacerlo de manera civilizada. La representación de ayer no era si no otra evidencia -¿cuantas nos haran falta?- de que el sistema está podrido. ¿Cómo es posible que seres humanos no prestemos a semejantes actos? ¿Cómo es posible que este sistema socio-económico cuente entre sus herramientas leyes como las del ERE? La pantomima de ayer era funesta, como funestas fueron sus consecuencias.

Las lagrimas, y no las raxolas, protagonizaron el última día de producción en la planta de Cerdanyola de Cerámicas Sugrañes. Un dolor que nadie se merece. Lo afrontamos con toda la entereza que fuimos capaces de sacar. Pero fue un día horrible, el 19 dediciembre de 2008. Ayer nos despedimos de muchas personas a las que ya no volveremos a ver. Ayer compartimos uno de esos momentos que marcan la vida de una persona. Afortunadamente, compañeros, camaradas, ayer estuvisteís conmigo, con nosotros, haciendo más llevadero lo que de otro modo hubiera sido insoportable.

Salud, lucha y buena suerte a todos.

P.s No, esta no es la última entrada de Diario de un ERE, pero poco tiempo le queda ya a este blog, su función ya casi ha desaparecido.

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Ya no va más. La partida terminó.

diciembre 18, 2008

  1. Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo:
  2. Su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado.
  3. Su tiempo el matar, y su tiempo el sanar; su tiempo el destruir, y su tiempo el edificar.
  4. Su tiempo el llorar, y su tiempo el reír; su tiempo el lamentarse, y su tiempo el danzar.
  5. Su tiempo el lanzar piedras, y su tiempo el recogerlas; su tiempo el abrazarse, y su tiempo el separarse.
  6. Su tiempo el buscar, y su tiempo el perder; su tiempo el guardar, y su tiempo el tirar.
  7. Su tiempo el rasgar, y su tiempo el coser; su tiempo el callar, y su tiempo el hablar.
  8. Su tiempo el amar, y su tiempo el odiar; su tiempo la guerra, y su tiempo la paz.
  9. ¿Qué gana el que trabaja con fatiga?

(Eclesiastes, capítulo 3)

Esta noche termina todo. A esta horas se está decidiendo el futuro de 130 personas. Unos pocos mantendran el puesto pero tendran que trasladarse a Vallmoll, otros, más de 80, perderan su empleo y deberan empezar a buscar lo que no hay; trabajo.

¿Quién podrá dormir esta noche? Ni siquiera el cansancio de la jornada laboral, supongo yo, permitira conciliar el sueño. Hoy al menos uno de los cuatro jinetes del apocalipsis (Peste, muerte, guerra y hambre) sobrevolará nuestras cabezas. Y cualquiera duerme con semejante aparición.

Hoy, como ayer, como toda esta semana, ha sido un día duro y triste. Demasiadas lágrimas, demasiados nudos en las gargantas. Y demasiadas esperanzas. Todavía me conmueve la ingenuidad de algunos de los que suponen «elegidos». Vallmoll no los verá allí, pero aún hoy continuan engañandose. No me extraña, el candor y la inocencia suelen ser patrimonio de la gente buena, de la gente sencilla y humilde. Resulta díficil de aceptar que el esfuerzo y el trabajo honrado no sea un valor que tener en cuenta.

Y de eso, de honradez, de entrega y humildad está la plantilla de Rosa Gres llena. Como todas las plantillas de todas las empresas del mundo entero. Desengañemosnos no somos los más buenos, pero sí que lo somos. los trabajadores, todos, somos así. Y por lo tanto no es ninguna quimera luchar por nosotros. Nos los merecemos, somos mucho mejores. Nuestra maldad no va más allá de «escaquearse» 5 minutos para tomar un café o fumarse un cigarrillo. Nosotros no disponemos de esa arma de destrucción masiva que es el ERE.

El drama de estos días, por lo tanto, es una constante en esta empresa. La incertidumbre de todo este tiempo, de estos más de 3 años, se ha convertido en una losa capaz de sepultarnos a todos en el dolor. Pero lo soportamos como podemos, unos centrandose en el trabajo, otros en conversaciones con los compañeros, otros…

Lo que es en mi caso he optado por buscar algo de energia «creadora» y evitar la «destructora». Me gusta la gente, me gusta mucho la gente de esta fábrica. Y entrevistarles, a la minima oportunidad posible, me está salvando del naufragio. Muchas historias personales, muchos recuerdos, con un denominador común, el ERE. Mi mujer me reprocha que acabare, ya no viviendo únicamente mi drama, si no el de 130 personas. Se equivoca, yo honro la memoria de mis compañeros como buenamente puedo. Al fin y al cabo su historia es la mia. Y sus testimonios estremecen, pero también ayudan. Ayudan a ver de lo que verdaderamente está construido el ser humano, y no es el dinero. Son recuerdos, son palabras, son gestos y son huellas.

Implicarse es una obligación, desaparecer y borrarse del proceso una cobardía indigna.

Esta noche no dormire, pensando en mis hijos, pensando en vosotros; camaradas

Y no olvideís, que pese a las apariencias y lo que nos digan, el porvenir es nuestro.

Edito, es, efectivamente, una noche de insomnio, de tristeza, me gustaría dedicaros una canción, extraída del film «Dersu Uzala». desgraciadamente solo la encuentro en un video de youtube quizá algo largo. La canción comienza en el minuto 5:08, va por vosotros, amigos mios:

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Un día muy duro.

diciembre 16, 2008

Hoy ha sido un día especialmente amargo. Tal y cómo deciamos ayer esta semana será especialmente aciaga. El viernes se presentará la lista con los despedidos, y ya comenzamos a ver las primeras señales del final.

Por de pronto una unidad de producción, la «fábrica 3» ha conocido esta misma tarde que mañana se dejaran de producir raxolas (azulejos) en crudo. El molino y la galletera callan ya para siempre.

Y ver esta primera señal, verla en los rostros de los trabajadores de esta unidad de producción ha sido una experiencia llena de angustia. Sobre todo ver a B., quien lleva en empresa más de 30 años, no sé cuantos de ellos en el «encañe». Las lagrimas en su rostro desencajado lo decían todo. No podía oír como sus compañeros clamaban por el final de todo esto. Él ha vivido esta fábrica, ha conocido su nacimiento, explendor y muerte. Ha reído, piropeado y llorado con sus compañeros. Él sabe que mucho de él se va con esta fábrica, que ha muerto de forma tan miserable.

Y vale que es  «la crónica de una muerte anunciada», pero una cosa es decirlo y otra verlo. Todos sabemos lo que ocurrira, pero estamos condenados a contemplarlo, va a ser una muerte lenta y con espectadores. El drama alcanza una nueva fase, cada día veremos desaperecer algo de nuestra cotidianeidad y yo ya noto la angustia en el pecho. No soy el único.

Y si hasta ahora nos refugiabamos en le humor negro, a grandes dosis, u un poquito de (falsa) esperanza. Ahora toca seguir con el humor negro, aquel que sea tan fuerte para poder hacerlo, y abandonar esa (falsa) esperanza. El final está aquí, y la guadaña pende sobre nuestras cabezas. Lo único que nos quedan son nuestros compañeros. Por lo menos no estamos sólos en esto.

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Una frase fatídica. Y sin embargo, la esperanza.

diciembre 15, 2008

«Dejad por siempre la esperanza» es la leyenda que figura a las puertas del infierno de La Divina Comedia. Efectivamente, Dante en busca de su amada Beatriz desciende al infierno, donde en su entrada se advierte que nadie debe entrar en semejante lugar con esperanza.

Y esto es lo que debe guiar nuestros actos en esta funesta semana que nos espera, que culminara con el nombre de los 84 despedidos. Y con desesperanza y resignación hemos vuelto a cortar la carretera, pocos, muy pocos, demasiado pocos. El sábado tomamos una decisión que pesa en nuestros corazones. Vagamos por la fábrica como almas en pena, y deseamos que esto acabe ya de una vez. Como Dante hemos atravesado ya los siete circulos del infierno, pero todavía nos encontramos en el purgatorio, muy lejos del paraiso, que, por descontado, no se encuentra en Vallmoll

Y ninguna esperanza debemos guardar de la última lista, la lista de los «afortunados» que vayan a Vallmoll. Cómo se esperaba, es una lista gruesa. Un clavo ardiendo al donde nos hemos aferrado antes de engordar la otra lista, la del INEM. Desgraciadamente poco puede hacer el comité, y será la empresa quién decida quien se trasladara a Vallmoll. Y que pierdan toda esperanza, si es que tienen alguna, aquellos que no se encuentren entre los 50 más caros de despedir, ellos serán los elegidos.

Pero resulta comprensible que mantegamos viva una pequeña llama de falsa esperanza. Hoy por hoy un puesto de trabajo resulta como una mujer hermosa, inalcanzable, desesperanzadora; pués,  tal y como las describía Alekxander Pushkin en «Euvgeny Oneguin» : Se me figura que llevan en sus frentes la frase estampada: «Dejad por siempre la esperanza».

Pero todos sabemos que esa mujer tan hermosa, si nos fijamos un poco mejor, cojea un poco, sus caderas tienden a ensancharse, de la misma manera que su cerebro a mermar, incluso si nos acercamos lo suficiente comprobaremos que su aliento apesta.

Lo mismo sucede con el trabajo, en Vallmoll o en cualquier otra parte, ya no es sólo que sea cuestión de una maldición bíblica «Y te ganaras el pan con el sudor de tu frente» sino que nunca, bajo ningun aspecto será la garantia de nada. Inutil es preguntar al comité por el caso de cada uno o por «¿Y que pasaría si…?» Se nos ha demostrado que no somos más que una mercancia y ni el comité ni nadie nos puede garantizar nada. (y aquí es donde agradezco a los dioses de no pertenecer al comité).

Y sin embargo;

la esperanza es legítima, siempre que se fije en algo verdadero, en algo que tenga verdadero sentido. Al igual que el niño desea lo que no tiene, los trabajadores debemos esperar un futuro mejor, pero eso no llegara de ninguna lámpara maravillosa, habra que trabajarselo.

Y sí, perder la verdadera esperanza es un lujo que no nos podemos permitir. Como diría Fichte:

» No puedo imaginarme la situación de la humanidad como una situación que pueda permanecer, no me la puedo imaginar en absoluto cómo su último y total destino. En tal caso, todo sería sueño y engaño y no valdría la pena haber vivido y haber colaborado en este juego siempre repetido que no lleva a ninguna parte y carece de significación. Sólo en tanto que puedo considerar esta situación como medio para otra mejor, como punto de transición para otra más elevada y más perfecta, representa un valor para mí; y si puedo soportarla no es por sí misma, sino por razón de algo mejor que ella prepara».

Fichte, El destino del hombre

Así pues no hay ninguna excusa que valga, y menos esa tan banal de «… y que vas a hacer si esto no hay quien lo cambie»; y es que la vida no es sueño, es acción.

Salud y lucha.