Ayer hablabamos de la necesidad de revelar lo oculto. Y es cierto, nos vemos obligados por las circunstancias a desenmascarar la realidad, a denunciar, a poner el dedo en la llaga. No es nada nuevo, recogemos una tradición que tiene sus campeones en Sherlock Holmes, Friedrich Nietzsche y Karl Marx. Y a nosotros nos interesa sobre todo este último.
Por mucho que nos hayan contado, y nos hayan engañado, la realidad no se capta únicamente por nuestros sentidos. Desafortunadamente necesitamos de una estructura narrativa donde incorporar nuestras percepciones sensoriales. Así, por ejemplo, sólo mediante un esquema narrativo (científico en este caso) podemos llegar a temer algo que nunca veremos como un virús o la radiación nuclear. O negaremos que el sol se mueve en torno a la Tierra, que sale por oriente y se pone por «poniente», por mucho que lo veamos o nos parezca que se mueve, «sabemos» que es la Tierra la que gira en torno al sol.
Abreviandolo mucho, construímos la realidad de una manera «discursiva» o «narrativa» donde el lenguaje juega un papel fundamental. Y bien que los poderosos lo saben, no solamente se sirven de las leyes, también nos construyen la realidad con sus discursos, de la publicidad, del marketing, de la falsma moral burguesa que nos dice que está bien y que está mal. «los principes hermosos, los malvados piratas». A la manera del ministro de propaganda nazi Goebbels piensan que una mentira repetida mil veces se convierte en realidad. O como lo diría Marx «la ideología de la clase dominante es la ideología dominante de la sociedad».
Y eso también pasa aquí en Cerámicas Sugrañes, deliberadamente se altera, se falsea, la realidad. Y se construye una a medida de sus dueños. Los trabajadores no contamos, cuenta el marketing. No hace mucho, a principios de este año se nos presentaba un proyecto de la empresa de ganarse una medalla a cuenta de la «sensibilidad ecológica» de su director general. Incluso se nos reunió a todos los trabajadores para darnos cuenta de los detalles.
En esa reunión uno escucho atónito que se entiende por ecólogismo en el ambito empresarial; unos cuantos contenedores por aquí y por allá, unos indices de polución y poco más, sólo se hablo un poco, y de pasada, de la huella ecólogica de un producto, pero esta acababa, por lo visto, al salir de la fábrica. Si no entendí mal, hasta una empresa de misiles balisticos nucleares podría recibir el galardón de excelencia medioambiental. Terminos como desarrollo sostenible no aparecieron, ni, por supuesto, el lugar y la responsabilidad de la industria de la construcción en el ambito estatal, y ,más concretamente, en la destrucción del litoral mediterraneo.
En fin, es igual, uno ve la foto que aparece en la web oficial de Rosa Gres y se explica muchas cosas, nuestros jefes viven en la realidad de Walt Disney, lo que ven ellos no es lo mismo que vemos nosotros. La naturaleza de sus discursos parece más bien la de la madrastra de Blancanieves;
-Espejito, espejito ¿hay alguién más ecológista que yo?
Y el espejito mágico, el coro de voces melifluas, le dira «Noooo, tú eres el más ecólogista»
Pero, ¿que es lo que siente un trabajador de Rosa Gres al ver la foto de marketing dedicada a la empresa y el medio ambiente?, ¿al confrontarla con sus realidad del día a día, y sobre todo, al leer este texto a próposito de su política medioambiental?:
«- Todas las instalaciones de producción disponen de sistema de aspiración y filtrado para asegurar la salud de nuestros trabajadores y la no emisión de partículas sólidas a la atmósfera. Los productos recuperados son reintroducidos en los productos cerámicos.» (Extraido de Rosa Gres noticias)
Si es que uno piensa que hasta cuando fallezca no alcanzara el ansiado eterno descanso, que le abriran en canal y le obligaran a devolver al ciclo productivo del gres todo el polvo que ha tragado. Que cosas.
Así que ya podemos ver que lo tenemos díficil para hacernos entender, nuestros jefes viven en otra realidad, forjada por discursos bebidos desde la más tierna infancia que le permiten hacer lo que está haciendo sin escrúpulo alguno,y nosotros no somos más que unos desgraciados empeñados en ver lo que el no ve y nunca deberá ver.
Y es que esto es lo que vé nuestro Consejo de Administración, marketing mediante, en nuestra fábrica (obtenido de la misma fuente de antes Rosa Gres noticias):
Y esto es lo que vemos nosotros:
Me temo que es imposible conciliar estas dos realidades, y resulta curioso comprobar el potente narcotizador que puede llegar a ser el lenguaje. Sólo un consejo, hagan toda la publicidad y marketing que quieran, pero no a costa del trabajador que bastante tiene (o ha tenido).
Diario de un E.R.E. 